por Araceli Teixidó

En la última sesión de las Matinées de la Red [1], coordinada por Carolina Tarrida y Joana Kyra Valencia, trabajamos a partir del capítulo titulado Arkangel [2] de la serie Black Mirror.

En el deseo de calmar la angustia de separarse de su hija, una madre accede a un tratamiento experimental: se le colocará un chip a la hija para ser localizada en cualquier momento. En el trabajo que tuvo lugar en esta Matinée, pudimos observar que entre la demanda de la paciente y la respuesta de la medicina no se daba ningún tiempo: al modo de la respuesta comercial que ofrece el objeto adecuado a la falta sufrida, las únicas dudas que se atienden son sobre el funcionamiento del chip. Además las prestaciones son muy superiores a lo pedido y el chip tiene entre otras posibilidades, la de borrar la imagen de cualquier estímulo que excite al sujeto. En cuanto a los efectos sobre el sujeto los médicos aseguran que es inofensivo. Además se da el caso de que se trata de un test gratuito “completamente inocuo”.

Lo traumático está servido y la temida separación comandará sus vidas, retornando de la peor manera, como señaló una participante en el debate.

En todo el capítulo ni un solo profesional sanitario pregunta a la hija ni a la madre por cualquier elemento subjetivo. De este modo quedan condenadas a la soledad de un goce que no se transforma en una palabra que oriente si no que se rechaza y por eso permanece aferrado a ellas.

En este capítulo, Black Mirror revela la pantalla negra, aquello opaco que permanece y comanda detrás de un mundo de pretendida transparencia donde nada significa porque supuestamente las palabras designan lo que es. Esta es la trampa en la que quedan atrapados aquellos que cegados por el brillo de la ciencia y la tecnología, creen de verdad, como se dice, que por detrás de la ciencia no hay ninguna filosofía. La hay: se trata de una filosofía de dominio que exige la supresión de la subjetividad de los sujetos atendidos y de los profesionales.

Si tomamos el eje del trabajo de las Matinées “La posición del profesional” en tres momentos históricos, nos damos cuenta de que ha habido una evolución desde las dudas que se planteaban a principios del siglo XX hasta un presumible futuro que localizamos en el siglo XXII con el capítulo referenciado.

Entonces, a principio del s. XX, cuando los fantasmas de los profesionales y de los pacientes intervenían en su trabajo, los profesionales se angustiaban y se veían obligados a tomar una posición ética ante los callejones sin salida en que se podían encontrar. En la actualidad, se  tiende a creer que la ciencia libera de los fantasmas por ser, supuestamente, sin ideología. Sin embargo, el capítulo que trabajamos, muestra que contrariamente, al no poder hablar con una orientación acerca de lo que ocurre, los sujetos quedan  absolutamente dirigidos por los fantasmas de dominio de una ciencia sin ética y reducidos a la propia angustia.

Durante el camino recorrido, en la sesión que trabajamos sobre el siglo XXI, es decir, nuestra época, con la película Fátima, nos dábamos cuenta de que la posición éxtima de algunos profesionales permitía el drenaje del malestar y la reconsideración de la posición del sujeto frente a sus problemas. Sin embargo, observábamos también que la tendencia de la ciencia iba siendo la de prescindir del papel del profesional como interlocutor del malestar para evitar la angustia que el encuentro con lo diferente plantea.

Quizá podríamos decir entonces que ahora estamos  en un momento de cruce: el psicoanálisis puede arrojar luz sobre las dificultades que se anuncian y seguir contribuyendo a plantear mejor los problemas. Queda pues una pregunta: ¿cómo conviene manejarse en la consulta cuando la angustia del profesional aparece? [3]

[1] Consultar el programa completo aquí

[2] Dirigido por Jodie Foster

[3] El trabajo de las Matinées ha dado lugar a tres artículos: este que leen hoy, uno de Carolina Tarrida: “Después de la primera Matinée” y uno de Elena Serrano y Araceli Teixidó: “Fátima: el valor de la diferencia en el encuentro clínico“ que será publicado próximamente en la revista Actualización en Medicina de Familia.