por Paula Lagleyze**

En la primer sesión de este año de las Matinées*, contamos con la presencia del Dr. Andreu Segura, quien a pesar de las diferencias entre los discursos del psicoanálisis y la medicina, expuso algunas cuestiones en las que creo, puede producirse el encuentro con el psicoanálisis. En este sentido pudimos conversar sobre la inexorable presencia del factor humano, el error, más allá de cualquier intento de erradicarlo, y las consecuencias de este intento.

El planteo que el Dr. Segura hace de una «ética de la  incertidumbre», apunta a estimular la actitud crítica de los profesionales, según él mismo menciona, es decir da lugar a la pregunta. Un claro punto de encuentro para poder iniciar la conversación.

Esta pregunta supondría una liberación del sometimiento al universo de la precisión. De esta manera es posible la reflexión posterior y anterior a los hechos, a las intervenciones. En contraposición a una medicina que ante la deriva actual, solo se defiende, y no hace más que aumentar tanto el sufrimiento como los errores, en una deriva de actuaciones, una detrás de otra, de las cuales nada se puede decir.

Esto último pudimos observarlo en este capítulo de la serie Bodies. Se evidencian  una serie de actuaciones luego del error… actuaciones pues no han pasado por la elaboración de la palabra, no hubo lugar para la interrogación. Es decir, el malestar, las dificultades, intentan encontrar una salida, solo una salida, una descarga. Son la consecuencia de un hecho traumático, (en este caso, algo con lo que no se pudo, una frustración) pero no preservan ningún tipo de lazo con él, no favorecen ningún proceso, que tienda a la elaboración. El sujeto, empujado a disolverse, genera una acción de la cual nada se puede decir.

Parece que el acuerdo entre humanos, el acuerdo de la apuesta, de lo impreciso, se ha roto. Nos exigimos según las estadísticas y los cálculos, no como humanos, la imprecisión humana, no se acoge, no tiene lugar, no nos detenemos en esto. Del error no se habla. Pero esto no es sin consecuencias.

Pudimos apreciar la soledad en el error. Pero apreciamos un plus, parece que – en la medicina actual – no es posible el acompañamiento en el error, eso que hace humano tanto al profesional como al paciente. Sabiendo ambos (cada uno desde su posición en la relación asistencial) que puede fallar. Sabemos que el alivio sobreviene cuando se puede hablar de los límites, de lo que no resultó como esperábamos – ni los profesionales, ni los pacientes – compartiendo la lógica del imprevisto, del error. Precisamente esa lógica que se aleja del ideal actual, que como se observa en nuestra práctica y pudimos apreciar en el capítulo, tanto sufrimiento provoca en nuestro tiempo. El Dr. Segura, nos dijo en varios momentos durante su exposición: “hasta cuando las cosas se hacen bien, pueden salir mal…”

Se pone de manifiesto, viendo el capítulo, que hay herramientas técnicas, máquinas que proveen de la máxima información, lo que permite dar todo tipo de respuestas, podremos dar todo tipo de explicaciones a los pacientes, desde luego orientados por una ética universal, igual para todos. Parece que esto construye la ilusión de erradicar la posibilidad de error. Todos los esfuerzos se orientaran a erradicarlo, e ignorando esfuerzos para acogerlo. Es allí donde el psicoanálisis puede dar respuestas, desde una ética que no tenga que ver con la utilidad, con las cuentas, más bien tiene que ver con el no-todo, no todo es posible, no todo para todos.

El Dr. Segura también expuso algunos ejemplos, con los que mostraba que a mayor intento de control y prevención del error, no se obtienen los resultados esperados, es más, empeoran y se genera aún más daño. Referente a esto destacó, específicamente el tema de las episiotomías: práctica que finalmente se acordó restringir y no utilizarlas como intervenciones rutinarias, sino valorar la aplicación caso a caso, según la valoración de los riesgos…no todo para todos… ¿Otro punto de encuentro?

Para el psicoanálisis el sujeto está obligado a decidir, a elegir. Dado que lo humano, está desanaturalizado por la pulsión, cuyo objeto, no está predeterminado, habrá que elegirlo, comprometiéndose, perdiendo. Desde esta posición, constitutiva de lo humano, se realizan las elecciones, las decisiones. Por lo que la pérdida, la incertidumbre, este vacío estará presente más allá de todos los esfuerzos.

Pero este espacio es justamente el motor del pacto entre humanos.

Se invitó a hacer una lectura del capítulo de la serie, teniendo en cuenta el marco capitalista, pero no quedándonos en el reconocimiento de héroes y antihéroes, sino que propusimos realizar una observación de los personajes dependiendo de la posición que adquirían en relación al error, intentando encontrar posiciones, que aún dentro de este marco, pudieran vérselas con él de alguna manera.

Fue la primera sesión, y permitió abrir la reflexión para poder continuar. Muchos asistentes comentaron que quedaba mucho por conversar, una buena apertura para continuar la conversación en las próximas sesiones, a pesar de las diferencias entre ambos discursos que se plantearon con claridad.

*Ciclo de Matinées 2020: El error médico. La primera sesión tuvo lugar el día 1 de febrero y  en ella se trabajó el Capítulo 2 de la Temporada 1 de la serie Bodies.

**Paula Lagleyze es psicóloga. Trabaja en geriatría, realizando valoración y seguimiento de casos, acompañamiento individual y familiar hasta el final de la vida, formación y soporte a equipos sanitarios y asistenciales en centros geriátricos