por Leonora Troianovski

Para la preparación del próximo encuentro «Tenemos que Hablar» preguntamos a Leonora Troianovski a partir de un fragmento de un texto de la bibliografía seleccionada:

Tenemos que Hablar 
¿ES POSIBLE RECETAR UNA VIDA VIVIBLE?
Fragmento escogido:

“Hay una pregunta, sin embargo, que ninguna forma de dogmatismo solucionista podrá llegar nunca a resolver. Es la pregunta que La Boètie, en el siglo XVI, consideraba la raíz de toda insubordinación a la servidumbre voluntaria: ¿Es esto vivir? … No apela a una objetividad calculable sino a una dignidad que siempre puede ser puesta en cuestión…porque lo que expresa es que la vida consiste en elaborar el sentido y las condiciones de la vivible.” (Garcés, M. Nueva ilustración radical, p. 58)

Respuesta de Leonora Troianovski:

Con la misma fuerza que el paradigma de la “vida saludable” tomó lugar en nuestro cotidiano, una paradoja se ha hecho presente en el campo de la práctica médica: en ocasiones el paciente “no hace caso”. Este hecho confronta al sanitario a una cuestión de difícil solución: una vez dadas las indicaciones pertinentes, una vez que ha informado suficientemente, una vez que éste se ha confrontado a los riesgos que corre su salud, su paciente aún persiste…

¿Qué hacer con eso? Una primera observación es que el médico no se confunde con su receta. Su presencia y su acto la incluyen, pero no se agota en ella. Como decía Lacan en su texto Psicoanálisis y Medicina[1], hay una parte fundamental que concierne al médico y que es irreemplazable por ninguna máquina: aquella que acoge y trata con la demanda del paciente.

Tratar la demanda no es ni responder a ella, ni contrariarla.

Podemos pensar que en la medida que pueda acoger esa parte de su paciente que “hace la contra” y no rechazarla, habrá ocasión a darle un cierto tratamiento: será el inicio de una conversación en la que tal vez, el paciente pueda ir consintiendo, dando paso a otras maneras de hacer.

Retomando la cita que Gracés recoge de la pregunta ¿Qué hace que una vida sea vivible? Creo que habla de algún modo de lo que La Boètie describe como “servidumbre voluntaria”, la insistencia en mantener cierta posición, ciertas conductas, a pesar de que no vayan en dirección de nuestro propio bien.

El hiato que Garcés subraya, entre “objetividad calculable” y “dignidad”, es el mismo que encontramos en el acto del profesional, cuando apuesta a sostener abierto ese espacio y ese tiempo para que la dificultad pueda problematizarse para su paciente bajo transferencia. Lo “vivible” de la vida puede tomar direcciones inciertas para cada uno, será en el marco de la relación médico-paciente donde el profesional pueda abrir la chance de elegir otra cosa.

[1] Lacan, J., Intervenciones y textos, Buenos Aires, Ediciones Manantial, 1985, p. 86.*Leonora Troianovski es Psicoanalista. AME de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Psicóloga clínica Parc Sanitari Sant Joan de Déu. Referente del Programa de soporte a la Atención Primaria Cornellà de Llobregat.