por Miguel Ángel Vázquez*

Me parecen interesantes las cuestiones planteadas por las organizadoras, porque en mi corta experiencia hospitalaria con algunos casos de eutanasia, están presentes de una forma más o menos explícita en los comentarios que hacen los médicos responsables o consultores**.

Por un lado, son requeridos por la ley como técnico, médicos especialistas, como informadores del procedimiento al paciente y evalúan si se cumplen las condiciones establecidas en art. 5.1. Tienen un protocolo que cumplir y al final también se hacen cargo de la prestación, que resulta problemática para muchos médicos y sanitarios que participan en el proceso. Creo que esto sería una cuestión a compartir con otros.

Pero hay también otra dimensión, el médico es elegido por el paciente para trasladarle su demanda y presumiblemente explicarle lo que le lleva a pedir ayuda para morir. Esa función no se explicita en el art. 8, pero sí se puede deducir del art. 12,b-5º, 6º.

Aquí es donde se plantean cómo hacerse receptor de este mensaje que el paciente comparte que afecta a su esfera más íntima, el lazo que lo vincula a la vida que ha sido tocado hasta quebrarlo, por las consecuencias de su enfermedad. Estas manifestaciones suelen tener una fuerte carga emocional.   ¿Cómo hacerse depositario de ello, qué posición tomar ya que no hay un saber experto sobre lo que es tan singular y pasa por la experiencia íntima de cada persona? Pienso que en esta dimensión humana del vínculo a la vida, es más útil desprenderse de la idea de que habría alguna forma de evaluar la verdad de lo dicho. En mi opinión se trataría de acoger eso que el paciente deposita en las reuniones deliberativas y conversar con él a partir de lo que nos confía sobre su modo de vivir que la enfermedad truncó. Si el profesional puede consentir a esta función que no tiene evidencia previa, en el transcurso de la conversación, a la que hay que dar su tiempo, quizás se pueda decantar algo que sirva al paciente para esclarecer su demanda y decidir si quiere seguir adelante. También puede dar claves que ayuden al médico para su función.

Compartir con la médica de referencia de un caso en el que participé como psicólogo  clínico atendiendo a la pareja del paciente, lo que había sido esa experiencia ha sido importante. No es lo mismo morir por una enfermedad que pedir ayuda para morir, tampoco para los profesionales que participan y considero importante hablar sobre las cuestiones que se movilizan en el transcurso de esta experiencia clínica.

*Miguel Ángel Vázquez es Psicólogo Clínico y Psicoanalista.

**Desde la comisión organizadora hemos propuesto a algunos colegas:¿Qué preguntas te surgen frente a la demanda o posible demanda de un/a paciente de recibir ayuda para morir? ¿Qué cuestiones te has planteado o te plantearías en el tiempo de decidir? ¿Qué interrogantes te suscitan los efectos que estas demandas han tenido en ti?   Es decir, no esperamos respuestas, esperamos planteamientos, preguntas, aperturas. Nos parece que en cuestiones tan delicadas, es preciso plantear bien las cuestiones y demorar el tiempo de responder