por Liana Velado

Comentario del artículo: INSOMNIO, UN MAL COMÚN QUE ESTÁ INFRADIAGNOSTICADO

El texto a comentar es una reseña de la XXVII reunión de la sociedad Española del Sueño, prolijo en datos y cifras estadísticas pretendidamente científicas. El presidente de la SES neurólogo del Hospital Clínico de Barcelona cita la gran variedad de entidades que conforman las patologías del sueño: insomnio, síndrome de apnea-hipopnea del sueño (fundamentalmente un problema respiratorio), sonambulismo, terrores del sueño y trastornos de la fase REM, e invita a los médicos de familia a derivar a los pacientes a las unidades del sueño para el tratamiento de estos trastornos, no sólo con medicamentos, señala, sino con técnicas de reaprendizaje del sueño. Se hace del sueño una función cerebral sujeta a su bioquímica y susceptible de alterarse y producir trastornos. Dice el artículo algo curioso y que puede parecer paradójico con su planteamiento de  que todo está en el cerebro: “en el trastorno de la conducta REM, un cuadro que afecta a los mayores de 60 años, los pacientes interpretan sus sueños en la fase REM, llegando a gritar, dar patadas… …al cabo de 10 años el 75% de estos pacientes desarrollan la enfermedad de Parkinson”. Esos sueños se dan a todas las edades. Los autores han hecho estudios tal vez en esa franja de edad, y sí, los sueños se interpretan, los pacientes interpretan sus sueños, cada paciente interpreta sus sueños que le dicen algo a él, no de su cerebro sino de su deseo. Y es que la interpretación en psicoanálisis no es la misma que en medicina y en este texto que comento, los neurólogos tratan las manifestaciones del sueño como una enfermedad de un órgano llamado cerebro interpretando sus estudios científicos – cuanto menos dudosos – correlacionando cifras con comportamientos y con enfermedades neurodegenerativas, intentando localizar en el cerebro la causa de supuestos trastornos del sueño.

Es necesario el cerebro y precisa neurotransmisores, y sus vasos sanguíneos sanos y que porten glucosa, hierro etc., pero los niveles de ferritina y los anticuerpos dirigidos contra ciertas proteínas en las neuronas no nos dicen nada de los sueños.

Es el intento del borramiento total del inconsciente, digo intento porque el inconsciente insiste, los sueños persisten, el deseo insiste. Freud con su valiosísimo estudio sobre la Interpretación de los sueños demostró que lo inconsciente es inherente a lo humano, al sujeto de la palabra y no depende de ninguna interpretación bioquímica. Muestra que a partir de la pérdida de un goce representado en un objeto de satisfacción en el inicio de la vida es como se constituye el deseo y el sueño es la realización de ese deseo inconsciente.

El insomnio está enlazado al sueño y los sueños son un proceso inconsciente. Soñar es despertar a lo real inconsciente, si no dormimos, si nos cuesta dejarnos ir al sueño puede ser un temor inconsciente a encontrarnos con una realidad inconsciente intolerable, que en los sueños se pone en escena. Podemos preguntarnos por las pesadillas de gritos de angustia de los niños y de los adultos, ¿es nuestro deseo angustiarnos, tener miedo? La angustia aparece porque el sujeto desea: detrás de la pesadilla se esconde otro contenido del deseo, reprimido, inhibido, que el grito de la pesadilla vela.

La función fundamental del sueño es evitar la interrupción del dormir. Soñamos para dormir, el sueño es un guardián del dormir y el despertar es entonces para seguir durmiendo. Lacan en el Seminario 21, dice que la interrupción del dormir se produce cuando el sueño alcanza el punto del encuentro con la relación sexual que no hay, en el punto de la no complementariedad de los sexos. Ese es el límite, lo real como imposible, escondido en los sueños.

El insomnio podría pensarse como un no querer dormir, querer seguir durmiendo en nuestra realidad fantasmática que nos protege de lo real indecible, eso que Freud nombró ombligo del sueño, lo real que Lacan planteó como no hay complementariedad posible entre los sexos. Y esto no depende de ningún neurotransmisor, ni del órgano cerebro, ni de ninguna interpretación de cifras y datos: es inherente al hablante. Y es la interpretación psicoanalítica, el inconsciente que interpreta, la vía por la que cada sujeto podrá encontrar un saber sobre sus sueños y sobre sí mismo.

*Liana Velado es Psicoanalista miembro de la ELP y la AMP. Médico de familia.

BIBLIOGRAFIA

Freud, S. La interpretación de los sueños Bibliteca Nueva

Lacan, J. Seminario 10 Paidós

Lacan,J. Seminario 21 Inédito