Paco Roca nos envía un comentario que sigue todavía la estela de la frase de Molière:

“Y ha tenido la desvergüenza de decirme que no estoy enfermo”

Molière “El enfermo imaginario”

El comentario de Javier Peteiro me ha evocado la llamada “medicina basada en la evidencia”. Evidencia (“prueba” sería la traducción más correcta del inglés “evidence”) es un término que pertenece, casi exclusivamente, al ámbito semiológico de la justicia. Quiere ello decir que, según esta medicina, el enfermo, el paciente, o el ciudadano que consulta con un médico es “reo” del juicio de éste quie, por ello, puede limitarse a la identificación de las “pruebas” que sea capaz de encontrar en el paciente para emitir su juicio (diagnóstico) ¿o sería más acertado ahora decir “su sentencia diagnóstica”?

De ahí que, lo que antaño eran pruebas “complementarias” por las que el médico podía confirmar su hipótesis diagnóstica, obtenida de la anamnesis del paciente, es decir, de la escucha del paciente, de su queja o su demanda, y de la “escucha” del cuerpo del paciente, ahora son pruebas que simplemente avalan una sentencia. La salud, al igual que la inocencia, ahora es “presunta” mientras se procura demostrar lo contrario.

Y estirando un poco más el hilo, podemos llegar a decir que el paciente tiene derecho a mentir sobre su enfermedad, a no declararse culpable, a mantener su inocencia (y su salud) para defenderse de la “acusación” diagnóstica del médico.

Parece que Molière nos va quedando lejos.

Paco Roca.

A continuación, el comentario de Javier Peteiro a la frase de ayer:

“¿Qué enfermedad tengo? -, pregunté incorporándome.

El profesor me miró como si yo fuera un objeto, como si ni siquiera hubiera oído mi pregunta, con la atención puesta en otra parte”

Sandor Marai “La hermana”

Desconocía ese texto y a su propio autor, por lo que agradezco especialmente esta entrada.

Al ignorar el contenido del libro, me fijo en esa frase sola, descontextualizada desde la ignorancia del conjunto de la narración.

Alguien se refiere a un profesor, imagino que de Medicina, por el hecho obvio de que pregunta por un diagnóstico. Esa pregunta no se hace hoy de la misma manera. Muchas veces se evita; otras se escucha la respuesta en toda su crudeza sin haber formulado siquiera la cuestión.

Lo que me parece más relevante, en cualquier caso, es esa objetivación del sujeto, de la que éste parece quejarse, y la atención del médico “puesta en otra parte”. Eso se ha consolidado en nuestro tiempo. El avance de la Medicina gracias al conocimiento científico no sólo ha traído beneficios incuestionables en el conocimiento de la enfermedad, en su diagnóstico y tratamiento. También se ha acompañado de una fascinación por lo científico, lo que conlleva un cambio de mirada. La mirada de la Medicina se dirige muchas FxPro veces, demasiadas, a lo humano como objeto, que es, además, parcelado (subsisten curiosamente las especialidades anatómicas a pesar de ese avance en el ámbito molecular). El saber de la ciencia, esencialista, contagia a una mirada médica que olvida con frecuencia lo existencial, lo biográfico, a expensas de lo meramente biológico. Y la atención está cada vez más “puesta en otra parte”, en el ordenador generalmente, que muestra una semiología oculta rica en imágenes, analíticas, secuencias genéticas o registros eléctricos.

Se dice con frecuencia que una imagen vale más que mil palabras. En Medicina, no siempre es cierto.

Javier Peteiro

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