por Maribel San Sebastián*
El viernes 29 de Marzo, asistimos a la charla-coloquio de Santiago Castellanos, médico y psicoanalista de Madrid, con el título “El cuerpo, el dolor y la subjetividad”, que atrajo a mucha gente, por lo que parece ser un tema que preocupa e interesa y del que se quiere “oír” y “saber”.
Su charla se centró en la Fibromialgia. Tema en el que se ha especializado y en el que lleva muchos años de investigación, así como trabajando con las personas que lo padecen. Una enfermedad, hoy en día muy extendida y que como dijo, afecta especialmente a un número muy grande de mujeres.
Citó algunos casos extraídos de sus libros, ya publicados, donde se comprobaba el sufrimiento y el terrible dolor que padecían, mujeres que acudían a su consulta, buscando una cura o al menos un alivio a su sufrimiento.
La verdad que impactaba el oír estos relatos, pero lo que luego te llenaba de consuelo y esperanza era oír que muchos de estos casos, después de llevar alguno de ellos, 20 años o más de sufrimiento, se habían curado. Y además alguno de ellos, en no mucho tiempo…gracias a un tratamiento psicoanalítico, gracias a la palabra.
Quisiera subrayar que Santiago Castellanos, hizo con este testimonio de su trabajo médico y psicoanalítico, un gran trabajo de transmisión de conocimiento y de divulgación del psicoanálisis.
Explicó muy claramente como el cuerpo, el dolor y la subjetividad, hacen un nudo, están entrelazados, como 3 eslabones y el psicoanálisis aporta la Subjetividad. Cómo el dolor psíquico se convierte en un dolor físico, porque el cuerpo sufre de “afectos”. Y en la Fibromialgia se trata de un padecimiento psíquico y corporal.
Comentó un caso de Freud, que hoy en día, sería claramente diagnosticado de Fibromialgia y que Freud tuvo la “osadía” de curarlo…tomándose en serio el carácter de “mentales” y no “somáticos” a ciertos trastornos. Lo que le llevó a descubrir los llamados “tumores afectivos” generadores de enfermedades, para los que no se les puede encontrar una causa física, pero de un gran valor práctico en la clínica. Desarrollando lo que se conoció como la medicina psicosomática. Y dejando de pensar todos los casos, como problemas de neurofisiología. Y lo hizo y lo logró “escuchando” a esas mujeres doloridas que acudían a su consulta.
Porque el cuerpo habla, cuando el sujeto no puede hacerlo.
Pero la medicina, como decía Santiago Castellanos, hoy en día, sigue pensando que el cuerpo es una suma de órganos, “reparables” como una máquina. Y la práctica médica disocia lo psíquico de lo somático.
Y cuando no encuentra causalidad orgánica, se pasa directamente a la receta de analgésicos y calmantes cada vez más potentes.
Decía que lo mental y lo corporal son como un matrimonio. Y que es muy importante saber “escuchar” para saber qué hay detrás del dolor y poder hacer un diagnóstico diferencial, pues se trata de una clínica muy difícil y que necesita de abordajes distintos. Por lo que hay que ir caso por caso, porque unos son curables y otros no lo son…
Mencionó también los avances que han sido para el psicoanálisis las teorías de Lacan y Miller. Haciendo mención a términos lacanianos como el goce. Aclarando su significado y aplicándolo a sus explicaciones sobre la sintomatología de la Fibromialgia.
Hace más de 100 años que Freud, nunca abandonó la esperanza de que un día su teoría llegase a integrarse con la neurología. Pero parece que a la medicina actual, le cuesta asumir que el psicoanálisis, nace de la clínica, de la observación de los enfermos y que son necesarias las dos visiones, psicológica y médica para realizar un buen diagnóstico diferencial.
*Maribel San Sebastián es simpatizante de la Sede de San Sebastián de la ELP