Apertura por Araceli Teixidó
Bienvenidos a Barcelona a los que venís de fuera, bienvenidos todos a la Red Psicoanálisis y Medicina y a la Sección Clínica de Barcelona que nos acoge para el trabajo de hoy.
Tenemos que hablar. Esta frase que anuncia lo peor cuando es formulada en la intimidad, nos ha parecido una articulación feliz para nuestro tema. La palabra no es protagonista en la medicina de hoy, al contrario, se impide su circulación porque se supone que la entrada en juego de la palabra va a suponer la detención del funcionamiento. El imperativo de hoy es el funcionamiento y detenerse por un sólo sujeto parece vano. De hecho es condición para la vida en sociedad: todos debemos renunciar a una parcela de lo propio en favor del funcionamiento general. Sin embargo, hay momentos en que la sociedad, o algunos, deben poder detenerse en los problemas de uno solo. Y eso también es imprescindible para la vida en sociedad, porque si no es en favor de cada uno, ¿cómo vamos a vivir juntos y para qué? Así que, a veces, hay que parar, para hablar. Con los pacientes, a veces, hay que hablar.
Si se trata de hablar, la relación clínica nos pareció un tema central y pensamos que ocupa un lugar importante para cada uno de los que estáis aquí. No va de suyo. Hoy en día parece que un buen saber hacer a nivel técnico sería suficiente en la atención al paciente. Sabemos que esto no es así, en la relación asistencial hay un factor que permanentemente interrumpe lo que sería puramente técnico. Una manera de llamar eso que interrumpe es sufrimiento. Y, hoy en día, lo que el paciente dice o hace a partir de un sufrimiento, que a veces no puede soportar, se considera un añadido en la medicina. Sin embargo no todos pensamos lo mismo. Contrariamente, algunos nos hemos dirigido a estas disciplinas asistenciales teniendo en el núcleo nuestra disposición para atender el sufrimiento de los otros y tratarlo a partir de nuestra disciplina. Es un abordaje que hace que algunos consideren que la medicina y las prácticas asistenciales, antes que una técnica son una disciplina moral porque comprometen al practicante en la relación con el que le consulta.
Hoy nos acercamos a esta cuestión de la mano de dos textos. Si no los han leído, les aconsejamos su lectura y espero que el trabajo de hoy les anime a hacerla. Si los han leído, espero que nuestras reflexiones contribuyan a cada uno en las suyas. A todos, los que los han leído y los que no, les invitamos a participar en el debate que seguirá a la presentación de los textos.
Pueden ver en el programa que hemos dedicado la mitad del tiempo a la conversación. Es porque pensamos que merece la pena conversar y recoger las inquietudes y respuestas que suscita la práctica. Pero no es un conversar de cafetería, tratamos de orientarnos a partir de dos ejes: primer eje, lo que nadie sabe y segundo eje, lo que saben algunos.
Lo que nadie sabe: ¿qué sentido tendría conversar si supiésemos el final? Conversamos para encontrar soluciones nuevas y para ello tenemos que reconocer que no las tenemos. Lo que no sabemos tiene que estar permanentemente en juego.
Lo que algunos saben: hoy nos orientan dos textos[2],[3]. El de Diego Gracia, que nos parece que explica muy bien los cambios habidos en la medicina en el último siglo y, a su lado, el texto de Lierni Irizar. Ella misma hace una referencia importante al texto de Gracia pero avanza un poco más precisamente en el punto referido a la conversación y por esto nos parece imprescindible su lectura.
Lierni Irizar es miembro de la Red desde su inicio y ha publicado recientemente “La pérdida del humano” con un subtítulo “El modo en que se trata el sufrimiento, la enfermedad y la diferencia”. Como ven, el título entra de lleno en el tema. Podríamos haber hecho una presentación de libro clásica, pero nos pareció que, por el gran interés que tiene para nosotros, sería mejor ponernos a trabajar con él directamente. Por esto he pedido a Lierni una introducción al problema, yo misma plantearé algunas cuestiones que me suscita la lectura y finalmente Liana Velado nos presentará la perspectiva más práctica. Para coordinar el trabajo, nos acompaña Miguel Ángel Vázquez psicólogo clínico, psicoanalista en Valencia y miembro de la ELP.
Empecemos.
[1] El 1º encuentro “Tenemos que hablar” tuvo lugar en Barcelona el sábado 7 de marzo entre las 11 y las 13 h en la Sección Clínica de Barcelona del ICF en Barcelona. Se dedicó a la relación clínica.
[2] Lierni Irizar La pérdida del humano Ediciones Beta III Milenio. Bilbao, 2014. Capítulo “La relación clínica” Págs. 141 a 174
[3] Lázaro, J. y Gracia, D. “La nueva relación clínica” prólogo de El médico y el enfermo de Laín Entralgo. Ed. Triacastela. Madrid, 2003 Págs. 9 a 37