por Belén Maside*

La primera entrevista que realicé a un sujeto con demanda de PAM removió en mí una marejada de sentimientos encontrados, un verdadero oleaje de emociones ambivalentes**. Mi compañera del Comité de Ética Asistencial me había aconsejado previamente: «sé objetiva» ¡Cómo si alguien pudiera! Escuchar a pacientes que tienen un deseo de morir y así lo solicitan, es un inmenso desafío profesional y ético. La posición analítica se ve movilizada, y mi escucha se ve atravesada por un aluvión de cuestiones: ¿es un sentir y un pedir decidido, pausado, reflexionado?, ¿ha podido atravesar los enredos, pesares y duelos de su vida?, ¿es un deseo activo y firme o al contrario, un abandono vital por desesperanza?

Tiempo para ver, tiempo para comprender, tiempo para decidir. Tiempo. Ahí está una de las claves ante este tipo de demandas, pero entiendo que para muchas personas que solicitan la PAM (Prestación de Ayuda para Morir)  esto resulta un “exceso”; no toleran más ese sufrimiento que impresiona agudizarse al final o incluso torturarlos aún más con el avance del la enfermedad: lo insoportable.

Es bien sabido por los psicoanalistas que la subjetividad no está fuera de la época, estamos ligados al discurso del Otro. Me planteo, ante estas peticiones las siguientes cuestiones:

-Sufrimiento físico y/o psíquico insoportable: ¿Es desesperanza, vacío de vitalidad o por el contrario es un decidido no seguir tras el fracaso terapéutico de manera reiterada?
-Desearía tiempo y muchas más entrevistas con cada uno de ellos, antes del  siguiente paso, “la valoración  final por la  comisión de expertos «; es fundamental la pregunta: ¿qué representa la muerte para él, para cada uno, cuál es su resonancia particular?

La corta experiencia temporal a su lado (aunque intensa e inmensa en aprendizaje) me ha enseñado  que resulta igual de complicado el decidir no vivir que vivir así , de esa manera; pero he podido comprobar que, al decidir, encuentran alivio. Desde mi posición no puedo más que estar atenta y escuchar , para así soportar  el no poseer ese precioso tiempo que desearía para poder profundizar, bucear en su singularidad…Intento aprender rápido, pero sin precipitarme, porque, una vez más la brújula del psicoanálisis me orienta en que el uno por uno es la  respuesta posible.

*Belén Maside Oliete es enfermera especialista en salud mental del CHUAC. Miembro del Comité de Ética Asistencial de dicho hospital. Psicoanalista, socia sede de A Coruña, ELP Galicia

**Desde la comisión organizadora hemos propuesto a algunos colegas:¿Qué preguntas te surgen frente a la demanda o posible demanda de un/a paciente de recibir ayuda para morir? ¿Qué cuestiones te has planteado o te plantearías en el tiempo de decidir? ¿Qué interrogantes te suscitan los efectos que estas demandas han tenido en ti?   Es decir, no esperamos respuestas, esperamos planteamientos, preguntas, aperturas. Nos parece que en cuestiones tan delicadas, es preciso plantear bien las cuestiones y demorar el tiempo de responder