TH6 propone este fragmento*** a Liana Velado para que lo comente:

“Cuando fui allí, hacía meses que me dolía la tripa. Me habían hecho todas las pruebas posibles sin encontrar nada. Hacía poco que te habías instalado. Pensé, un médico joven tiene que saber algo más que los viejos. Los dolores me daban sin avisar, por la noche o por la mañana, incluso cuando tenía relaciones con mi marido Me dijo que podía perfectamente ser psíquico. Yo, estuve a punto de creérmelo, ya que con mi marido las cosas no iban demasiado bien. Fui a verle dos veces por semana durante tres o cuatro meses.

Un día, me harté de contarle mi vida, anulé la cita.

Unos días más tarde, al ir al cuarto de baño, encontré la explicación. Le llamé. Cuando le dije lo que había encontrado, hubo un largo silencio, creí que la línea se había cortado. Debía sentirse avergonzado. Por fin, dijo: Me pasaré a dejarle una receta en su buzón. Dos pastillas con quince días de intervalo, ¡y ya está

Psíquico, ¡y una mierda! Tampoco es tan complicado de curar una solitaria”.

R. Winckler, La enfermedad de Sachs. Akal, Madrid 1999

COMENTARIO:

por Liana Velado*

“En cuanto a pensar que, en sus relaciones con sus enfermos, un psicoanalista debe sustituir al médico, quisiera que me corten la cabeza si he dicho algo que se aproxime a eso así sea un poco” [1].

Esta cita de Lacan del texto “El lugar del psicoanálisis en la medicina” le viene de perlas a este texto a comentar, aunque aquí sea al revés y sea el médico quien sustituya al psicoanalista.

Hay una tendencia por parte de los médicos a derivar a los pacientes a tratamiento psicológico ante síntomas en que las pruebas científicas solicitadas no han conseguido descubrir su causa. Las diferentes pruebas que la ciencia ofrece son necesarias pero no sólo, no son todo el saber sobre el cuerpo. El cuerpo del psicoanálisis y el de la medicina no son el mismo cuerpo. Para la medicina es el organismo sometido a las leyes de la biología, de la bioquímica… para el psicoanálisis el cuerpo es afectado por el lenguaje y sometido a sus leyes. Conviven ambos. Uno se afecta de la biología: alteraciones en su estructura, infecciones etc .El otro se afecta del lenguaje y su sufrimiento  es singular y subjetivo, pero a veces el lenguaje  altera el organismo y también a veces   se deja infectar. Hay síntomas dudosos que el médico  debe investigar porque su causa puede ser orgánica y requieren una intervención médica y hay síntomas que aún cuando su causa no sea orgánica requieren también una intervención médica o varias y diferentes, incluso en el curso de un psicoanálisis. Esta paciente no sólo estaba tomada por el parásito de la lengua, también por uno biológico. El dolor abdominal es un síntoma que puede tener diferentes causas orgánicas que pueden ser graves y que es preciso estudiar y valorar con mucha atención, pero también  puede referirse a un sufrimiento subjetivo. En el caso que comento la tenia parece ser la responsable del dolor y este parásito tiene un tratamiento farmacológico concreto, aunque en esta mujer no fue preciso y no sabemos si su tratamiento analítico contribuyó en algo a la expulsión del mismo.

[1] Nota: Lacan, J. «El lugar del Psicoanálisis en la medicina”. Intervenciones y textos 1. Ed Manantial.1986. Pág. 88

*Liana Velado es Psicoanalista miembro de la ELP (Escuela Lacaniana de Psicoanálisis) y la AMP (Asociación Mundial de Psicoanálisis). Médico de familia.

** Imagen: L’art de la conversation (1963) R. Magritte

***En el espacio preparatorio hacia el encuentro «TENEMOS QUE HABLAR 6» – que se difundió a través del Boletín – nos acompañamos de citas, fragmentos literarios, producciones artísticas. Contamos especialmente con los comentarios de diversos colegas en relación a las preguntas y fragmentos de textos que les propusimos. Esperamos que sus palabras produjeran en cada uno resonancias que nos pusieran al trabajo y que pudimos compartir en el encuentro.