por Liana Velado*

Una compañera médica de Atención Primaria me cuenta que en su Centro de Salud se turnan para trabajar, un médico ve a los pacientes que llegan y el resto hacen consulta telefónica. Las consultas telefónicas son la mayoría administrativas y presenciales hay muy pocas. Dice que está perdida, no entiende nada de lo que pasa, ella tiene muchos pacientes crónicos que se desestabilizan con frecuencia y estos meses no ha habido ninguna consulta por esto, les llama incluso en exceso y dicen estar bien. Tampoco la patología habitual que trataba se presenta ahora ni por teléfono. Se pregunta si sus pacientes la engañaban o exageraban su mal, aunque había datos analíticos y clínicos que corroboraban ciertos malestares y enfermedades, y eso son datos reales y eso es verdad. Otra posibilidad es que no estén bien y aguanten por temor a ir al centro de salud o que les envíe al hospital, tal vez el enfermo está en espera y habrá graves consecuencias. Siempre ha creído en lo real de la ciencia médica y en los datos y dice que no le salen las cuentas.

Ella cree como muchos que hay un saber en lo biológico del cuerpo, que la medicina estudia y descifra con la ayuda de los avances técnicos de la época y que sería la verdad de la enfermedad del sujeto. Pero la verdad de las cuentas como la de los cuentos no lo dice todo del sujeto y su malestar. Ambos dejan fuera el goce del sujeto.

El real de la medicina es el real de la biología, se ocupa de la vida, ese es su real, del que no se sabe tanto y que tiene la muerte en el horizonte.

«Hay saber en lo real. Aunque a este no sea el analista sino el científico, quién tiene que alojarlo. El analista aloja otro saber, en otro lugar, pero que debe tener en cuenta el saber en lo real»1

El real del psicoanálisis es otro, es ese real que la ciencia no puede describir, ni asimilar, es el goce y el sujeto de la ciencia es el sujeto del psicoanálisis.

La pandemia del coronavirus ha puesto en cuestión el poder de la ciencia.  ¿Qué puede aportar el psicoanálisis?

En este momento, de dudas, temor y desconcierto el psicoanálisis puede aportar algo, puede aportar su real, lo real específico del psicoanálisis, el goce. Es en la clínica analítica donde se puede llegar a establecer una relación con lo real que no sea devastadora, llegar a cernir ese goce singular de cada uno como lo real que puede vivirse de forma más humana. La clínica analítica es la experiencia de que sí hay un real que puede funcionar para cada uno.

  1. Lacan, J. Nota italiana. Otros escritos. Paidòs. Pág.: 328.

*Liana Velado es psicoanalista miembro de la ELP y la AMP y médico de familia